Belerofonte y la Quimera (425-420 a.c.)
(imagen sacada de Wikipedia)
Galopar no es igual
que correr desbocado
con el ansia clavando
sus espuelas
en tus costados,
masticando el bocado
que nos pone el tirano
y aguantando la brida
que tensa su mano.
Añoraba los paisajes
donde trotó mi infancia
como un potrillo loco
que sigue a sus instintos,
y a fuerza de ser yo,
que no distinto,
y a base de mirar
ingenuamente hacia arriba
cuando el gracioso dedo
señalaba al burro alado,
terminé creyéndolo.
Entonces,
no sé si como asno
o fue como Pegaso,
extendí mis alas,
elevé mi espíritu,
y me fui a trotar
por parajes silvestres.
Impersonem.
Extender las alas y volar dejando llevar tu imaginacion..
ResponderEliminarAsi me siento a veces..con grandes alas.
Bonito post.
Un besito y una estrella.
Mar
- Me recordaste a Oliverio Girondo. En Girondo es casi una constante lo etereo, la insitacion al vuelo como simbolo de libertad. Un abrazo. Besos. Ade
ResponderEliminarme gusta esa oscilación entre asno y Pegaso: así andamos todos, unos días más de uno o de otro...
ResponderEliminarUnas veces, trotando en ideas, otras, volando, y otras nos quedamos cortos paralizados, asi somos los humanos, momentos para todo, dependiendo de las circunstancias de cada momento asi nos llegaremos a sentir.
ResponderEliminarPero ... ¡¡¡¡qué bonito es volar!!!! alzar nuestras alas, y, llegar muy lejos, lo que pasa, que cuando despertamos, después, nos caigamos de bruces.
Un beso, amigo Impersonem, me gustó también la imagen que sacaste de wikipedia.
Fuiste a volar como Pegaso, hermano, el asno tironeaba de las bridas.
ResponderEliminarTe espero en la taberna de los sueños silvestres y posibles, compañero.
Abrazo de tu amigo el REL
Galopar es más que desbocarse con el bocado esclavizador en la boca y la espuela en los ijares.
ResponderEliminarEs, sobre todo, volar libre.
Burro o caballo es lo mismo.
Importan las alas.
Abrazos.
mar, gracias por pasar por aquí y conversar.
ResponderEliminarAlas para transcender los convencionalismos... las circunstancias de cada uno/a pesan mucho... por eso el vuelo es decisión personal...
Besos.
ade, gracias por entrar y comentar. No conozco nada de la obra de Oliverio Girondo (perdón por mi ignorancia al respecto), pero si trata el vuelo como tú dices nos hemos encontrado en la coincidencia. Así lo veo yo, sobre todo desde que lei, no sé cuántas veces, "Juan Salvador Gaviota"... ir más allá de las rutinas y corsés (la tradición) de la manada para avanzar hacia todo lo posible... si ello nos hace mejores.
ResponderEliminarBesos.
Pedro, gracias por pasar y comentar.
ResponderEliminarEn esa oscilación andamos... sin que ello suponga demérito alguno en cuanto a la acción.
Saludos.
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ResponderEliminarMaría gracias por pasar y comentar.
ResponderEliminarNuestra niñez la conducen los impulsos, nuestra adolescencia las hormonas, y después creo que las circunstancias... en la niñez las responsabilidades no son muchas y eso te permite "trotar alocadamente libre"; en la adolescencia, y dentro de un "totus revolutus mental" uno empieza a percatarse de qué va este rollo de la vida, e intentas transcender la ingenuidad de la que muchos gallitos y gallinas (permíteme ilustrar así lo que quiero decir, por aquello del corral)dominantes quieren abusar, pero hay demasiadas distraciones y muchas pretensiones por cuestiones de dominación y pertenencia; y tal y como tú apuntas, las circunstancias, cuando ya entramos en la edad de tomar decisiones, son las que marcan nuestra vida... pero... (siempre hay un pero por ahí en mi cabeza) sobre estas circunstancias tenemos un cierto nivel de decisión, creándolas, modificándolas o aceptándolas. Lo bueno sería tener la cabeza fría y crearlas con responsabilidad, modificarlas con precaución y ponderación, y tener claro qué es lo aceptable o lo inaceptable para nuestra estabilidad emocional y física... y ahí es donde se toma o no la decisión de cuándo volar, cómo volar y por dónde... tomar decisiones en libertad tiene muy alto precio... a veces penoso... a veces catastrófico... a veces satisfactorio... por ello cada uno/a debe ser el/la conductor/a de su vida... ya sea a pie, andando, trotando, galopando, o volando. Esto es lo que quiero decir con esta poesía...
Perdón por el rollo al contestarte, mi incontinencia verbal es evidente.
Besos
REL, espero que al tirano no le dé por disparar y derribarme...
ResponderEliminarEn esa taberna nos encontramos... ¡y todo es posible, pues hemos pensado en ello!.
Gracias REL por entrar y conversar.
Abrazos.
ybris, tu resumen es exacto, lo que importan son las ideas que nos mueven, que nos elevan... las que se rebelan contra toda tiranía.
ResponderEliminarHemos coincidido en el vuelo en el último post de cada uno, espero encontrarme con esa majestuosa águila que describes.
Abrazos.
Gracias por tu respuesta, me gustó, y estoy de acuerdo contigo, cada uno, somos dueños de nuestras vidas, para tomar nuestras propias decisiones, porque cada uno somos libres para actuar según creamos conveniente, lo que pasa, que muchas veces, las decisiones tomadas no son las correctas, y el precio que se paga es doloroso.
ResponderEliminarUn beso.
Yo creo que sos muy valiente. Cada letra de tu blog parece un latido de tu corazón. Me gusta. Vuelvo siempre. Un abrazo.
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ResponderEliminarana, gracias por tu visita y generoso comentario.
ResponderEliminarObservaste con exactitud. Cierto es que cada letra de mi blog es un latido de mi corazón; mi humilde valentía, que no es mucha, se reduce a la decisión de dejarle hablar arriesgándome a escuchar lo que dice y exponerlo espontáneamente a vuestro inestimable criterio.
Besos.
Seguro que como Pegaso.
ResponderEliminarSólo hay que leerte para saberlo.
Saludos.
Gracias Toro, supongo que más de una vez y más de dos coincidiremos en nuestro vuelo y en alguno de esos parajes.
ResponderEliminarSaludos.
Elegir el rumbo..luego volar con nuestras alas
ResponderEliminary la imaginación convirtiendo en realidades ,las
de todos los que soñamos despiertos.
Los que no paramos de volar,vivimos el eterno viaje
de la creación.
Es lo que me ayuda a pintar..........
Qué hermoso tener alas, para poder escapar de este mundo nuestro, que no nos gusta...
ResponderEliminarTe encuentro en "parajes silvestres".
Soco
...y a fuerza de ser yò,que no distinto...
ResponderEliminarUn pegaso, amigo...¡un pegaso!
Liliana Lucki, gracias por tu visita-
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, primero elegir el rumbo y después volar.
Besos.
María Socorro... nos encontraremos en esos parajes silvestres, seguro.
ResponderEliminarBesos.
Armida, no ha sido fácil ni es fácil, pero lo intento, a pesar de las derrotas, muchas, sigo adelante intentando ser yo mismo, en el extrarradio de todas las cosas, pero "yo".
ResponderEliminarAh, Impersonem, no quiere significar impersonal.
Besos.
Hola Impersonem
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Creo que cuando de volar se trata ambos cumplen su cometido, pegaso o asno. Incluso, el segundo me parece que tiene más fuerza porque cuando pierda las alas volverá a tener “los pies sobre la tierra” (metafóricamente hablando, por eso no uso “patas”)
Hoy, ni bien llegué, casualmente estuve escribiendo algo sobre mi infancia, y justo encuentro los versos donde lo mencionas. ¿Será el día? Todo puede ser; es que los recuerdos de la niñez, tal vez por la inocencia que teníamos, siempre son hermosos.
Esos “vuelcos” que le das a las ideas, los “no es igual” tienen encanto, aunque ya te lo dije.
En fin, lo importante es saber volar. Muy lindo.
Un beso.
...Ya me lo imaginaba..fue el asomo... quizàs de un mal chiste, porque definitivamente ¡nada que ver contigo!
ResponderEliminarAbrazos
Impersonem, aún sigues volando y trayendonos desde allí arriba trocitos de cielo que plasmas aquí.
ResponderEliminarAbrazos.
Manolo
Hola Vivian, yo también creo que asno o pegaso o viceversa son ambas una buena opción. Los asnos aguantan más las picaduras de los mosquitos y es más difícil que los dioses del Olimpo me derriben.
ResponderEliminarEfectivamente, los recuerdos de la niñez siempre son hermosos, por eso los añoramos, y porque por aquellos años las responsabilidades que teníamos que cargar sobre los hombros pesaban menos, creo.
Esos vuelcos que dices son los latidos de mi corazón cuando mi personalidad de Quijote expresa ingénuamente lo que cree sobre lo que ve.
Gracias por tus generosas palabras Vivian, pues me ayudan mucho en mi vuelo.
Armida, nada de mal chiste, yo me lo tomé como un halago, y así te lo agradezco por apreciar en lo que escribo una personalidad propia. Intento ser yo, humildemente yo, tal vez lo consiga.
ResponderEliminarGracias por tus generosas palabras.
Manolo, gracias por tus generosas palabras. Mis alas son cortas, no puedo subir tan alto, mi vuelo es migratorio... de subsistencia, y voy y vengo de aquí para allá conversando con quienes también vuelan, como tú, y dando mestizaje a mis ideas que son también de todos.
ResponderEliminarAbrazos.