Instruye a la melancolía.
Somete el ruido a la cadencia, al ritmo.
El poeta es libre de preguntarle al día
por su hermana la noche,
por los hados
y por la jerarquía de las estrellas.
Triste.
Entristece el poeta
al mirar la estela de la sombra
al alba.
La sombra se esfuma.
La luz
penetra en su estancia
y quiebra sus sueños.
El poeta también, de vez en cuando,
se muerde
las venas y grita.
Revienta.
Reprime su esencia
que huele a destino
y desgrana el camino
de los oprimidos.
Y llora el verso.
Lágrimas.
Verso a verso se humedece la cara del poeta. Sal amarga.
¿Quién es el poeta?
¿Cómo es el poeta?
El poeta es un ejemplo de alegría y de tristeza.
El poeta es como un sueño entre muchas cosas ciertas.
El poeta habla, canta, sueña,
pero nunca miente.
A través de los años, viste su cabeza
con un velo senecto de canas.
El poeta.
Sus ideas frescas, están ahí:
quietas,
impávidas,
en un gesto irónico frente al tiempo.
Perpetuidad.
Impersonem.
Más poesía. Más poetas. Menos proxenetas sociales. Más denuncias. Más madera. Más luz por favor, más luz.
ResponderEliminarBuen poema. Animo.
...Y llora el verso ante la realidad por donde transitamos, brillos y luces de neón para distraer, mientras en las profundidades del poder se diseña y decide nuestro futuro. ¿quo vadis homo?...
ResponderEliminarSaludos.