Se comenta en corrillos
de esos que hace la gente,
en los mundos donde todo es posible,
que el Otoño y la Primavera
¡se casan muy pronto en mitad de la Tierra!
con el fin de engendrar otro tiempo
donde la sangre que sufre a la hormona
encuentre su calma,
donde el espíritu que pierde su estima
vuelva a encontrarla.
Miraré en el buzón de mis sueños
por si estoy invitado.
Y es que un sueño pudiera ser esto,
de los muchos que tengo
cuando me echo a dormir una siesta
con los ojos abiertos.
Impersonem.