Abrir principios supuso cerrar puertas,
a veces desde adentro,
a veces desde afuera.
Abrir principios supuso abandonar
los credos
familiares de la infancia,
y los rebaños y manadas
pastoreados al ritmo
de ritos y costumbres.
Abrir principios supone
cruzar un largo desierto
de incertidumbres,
de desprecios,
de desengaños,
de injurias,
de calumnias
y de traiciones,
hidratando mi alma
con las sales minerales de las lágrimas,
y sorteando valientemente
las picaduras
de las víboras que habitan
escondidas
en las dunas de la vida.
Abrir principios supone
encontrarme caminando
a la intemperie de las dudas
intentando encontrarme frente a frente
con el que realmente soy.
Impersonem.