(Sacado de gifs animados Jas)
Después de ver, leer o escuchar
las noticias sobre este mundo
donde habito con temores,
y donde alguna gente cainita
muerde con quijada propia,
tengo ardor en el cerebro
de tragarme las ideas
aliñadas con miserias,
de comer penas propias y ajenas
en un plato de impotencia
y de beber lágrimas.
De absorber las ideas del poder
y de tomar las pastillas de la Ley
como quieren los jerarcas de los países.
Me dan náuseas las guerras
que producen los cuatro gerifaltes
que tienen el plato bien repleto.
Me da náuseas la cáustica baba
del "relevante" indolente
que en afirmación humillante
y en apología de la guerra,
dice sin inmutarse:
"daños colaterales son
los niños que hoy han muerto".
Mas no es por estar ciego o tuerto
que esto dice el indecente,
sino por saberse a salvo
de juicios, cárcel y muerte.
Presuntamente inhibidos
de la suerte de todos los inocentes
que inermes ante metralla van cayendo,
las puñetas excelentes,
situadas donde Haya,
callan vergonzosamente
para asegurar pitanza.
Y como ante este panorama
de noticias sangrantes,
sólo le queda al plebeyo
el derecho al pataleo,
yo me acojo a tal derecho
y, en vómito incontenible
de argumentos y palabras,
con puñetazo incluido
en la mesa de los que mandan,
he de decir en voz alta
y en castellano rotundo:
¡Basta ya!
¡Me cago en diez!...
y me llevo una.
Impersonem.