Te jugaste a los dados
pasado, presente y futuro,
y aunque huyes de los imposibles
te siguen el rastro las causas perdidas.
Te jugaste a espadas y a bastos
tu derecho a tener tus derechos,
sembraste en barbecho
y recogiste migajas.
Brindaste con hiel y limón
por los tiempos pasados
con tu sombra, en la soledad
del abandonado a su suerte.
Aparcaste tu vida en vados
por donde sale la ilustre canalla,
recorriste los lados y vértices
de la pirámide de las clases sociales.
Conociste a ilustres tahúres
que jugaban con cartas marcadas,
intuiste de qué iba el juego
y quién ponía las reglas.
Pero no es momento para rendiciones,
ni siquiera para redenciones,
es momento de tragarse las dudas
y de echarle... razones.
Impersonem.
pasado, presente y futuro,
y aunque huyes de los imposibles
te siguen el rastro las causas perdidas.
Te jugaste a espadas y a bastos
tu derecho a tener tus derechos,
sembraste en barbecho
y recogiste migajas.
Brindaste con hiel y limón
por los tiempos pasados
con tu sombra, en la soledad
del abandonado a su suerte.
Aparcaste tu vida en vados
por donde sale la ilustre canalla,
recorriste los lados y vértices
de la pirámide de las clases sociales.
Conociste a ilustres tahúres
que jugaban con cartas marcadas,
intuiste de qué iba el juego
y quién ponía las reglas.
Pero no es momento para rendiciones,
ni siquiera para redenciones,
es momento de tragarse las dudas
y de echarle... razones.
Impersonem.
estoy leyendote y disfrutando de tu poética. Te siguen el rastro las causas perdidas...
ResponderEliminarCreo que sí, que me siguen el rastro, aunque yo suelo salirles al encuentro muy frecuentemente.
ResponderEliminarBesos.